Mortal Negligencia Médica.
Una menor gestante de 17 años ingresó caminando para ser atendida en un nosocomio de Pucallpa y terminó siendo víctima de una negligencia médica que que le ocasionó una muerte cerebral.
Margarita Denise Ferreyra Encinas (35) ingresó el 19 de enero junto a su gestante hija de 17 años a ser atendida de emergencia en las instalaciones del Hospital Amazónico de Yarinacocha, en la ciudad de Pucallpa. La menor habría entrado caminando y debía ser atendida de inmediato por fuertes dolores de parto, complicado con algunos sangrados, posteriormente fue internada en el área de Medicina de dicho nosocomio para que los doctores velen por su salud, pese a que, según denuncia la desolada madre de la menor, no habría sido así, ya que dentro del área, su hija recibió el peor trato que un profesional de la salud puede dar a su paciente.
Cuando Margarita quiso atender de tiempo completo a su hija, los médicos practicantes, no se lo permitieron, ya que, según ellos, estarían monitoreándola en todo momento y velando por su seguridad, hecho que no fue de tal forma, porque el día 22 de enero, la menor de nombre Juana, llamó en horas de la mañana a su mamá para decirle que le habían puesto dos sueros al mismo tiempo, razón por la cual en la tarde su salud habría empeorado ya que sus malestares no fueron atendidos en el momento.
En horas de la tarde del mismo jueves 22, la menor gestante de siete meses de embarazo sentía mareos y otros malestares que afectaban su salud y no le pasaba con ningún medicamento. Al ser visitada por la cuñada, ésta se dio cuenta de lo empeorada que estaba, porque su cuerpo se había hinchado de manera extraña y seguía teniendo los mismos dolores y mareos, por lo que los practicantes le dieron como respuesta que eso es estrés por ser una madre primeriza y le recomendaron que intente echarse de costado para que le pueda pasar. Juana, preocupada por su estado de salud trató de comunicarse con su mamá, pero los médicos no le permitieron el pase a la señora y amenazaron a la menor a quitarle el móvil, medio por el que se venían comunicando, porque estaría causando muchos problemas. En horas de la noche, la madre se enteró que su hija estaría respirando mediante un respirador artificial, es decir, estaría en estado de coma.
La noche siguiente, la joven de 17 años que llevaba siete meses de gestación fue operada de emergencia por los galenos para que puedan retirar al bebé que falleció a los ocho días de nacido. En la operación la menor sufrió de tres paros cardíacos, lo que le originó, según una tomografía, un edema cerebral, o sea, una muerte cerebral.
Actualmente, después de dos semanas y varios gastos hechos para contribuir con su "mejora", los médicos en su afán de librarse del caso o buscar una solución inmediata ante el fatal suceso están buscando la manera de trasladar a la menor a la ciudad de Lima para que sea atendida en un hospital especializado, sí, como lo lee, para busquen algún tratamiento o solución a su muerte cerebral. Asimismo, las autoridades de dicho nosocomio no se pronuncian al respecto.
Por otro lado, Margarita Denise Ferreyra Encinas, denunció este hecho a las autoridades correspondientes y a los medios de comunicación de la zona para que se haga justicia por el caso de su hija, además expresó sus críticas a aquellos médicos que pierden toda humanidad al momento de tratar a sus pacientes, ya que de tal modo podría ser considerado como una falta a su juramento hipocrático, siendo, asimismo, un peligro para todos los que confiamos nuestras vidas en alguien que no se interesaría en lo absoluto de la misma.
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Periodista, escritor, blogger, poeta y hasta dramaturgo, creo. En realidad, escribo porque, para mí, es un derecho de vida.